CAAD en Valencia va de Retro. Crónica aventurera.

Este post será no sólo una crónica de la participación del CAAD en la feria «Valencia Va de Retro«, sino una ocasión de hacer la reflexión que no pude hacer en la entrada dedicada a nuestra presencia en RetroMadrid, es decir, de tratar de valorar el sentido de un stand dedicado a las aventuras conversacionales en una reunión de «retroinformáticos» sin que la perspectiva se vea distorsionada por los incidentes causados por un ayuntamiento dispuesto a sabotear el evento con tal de colgarse en público la medalla de la lucha contra las tragedias provocadas por los excesos de aforo.

Existe una generalizada percepción (o cuanto menos yo tengo la percepción de que tal percepción existe 🙂 ) en los foros del CAAD en la que el mundo de la ficción interactiva en español se halla dividido en tribus, siendo al menos una de ellas la centrada en la nostalgia, la Historia, las obras clásicas, el uso de herramientas antiguas, en definitiva, la «retro», frente a otra rama más interesada en explorar las posibilidades que ofrecen las tecnologías modernas. Y se ha dicho recientemente en los foros que el ala de los clásicos pasa por un momento de auge debido a su aceptación en los círculos de entusiastas de la informática «vintage», que, como muchas otras modas de «vuelta al pasado» en literatura, comics, música, cine, etc… pasa por un momento de tirón mediático.

Si tal división (que, afortunadamente, no ha llegado ni llegará a los grados de ponzoñez que el cisma entre twiners y parseros ha causado en la comunidad de habla inglesa) es real o imaginaria es, ciertamente, un misterio para otra historia, pero lo que si puedo afirmar con algo de base empírica es que el supuesto auge de la aventura conversacional antigua en círculos de aficionados a la retroinformática es algo a matizar.

Me explico: una muy significativa mayoría de los asistentes a estos eventos reivindica, incluso en los casos en que la edad les traiciona, su pertenencia a la tribu de los «gamers» y, muy en concordancia, va en busca de géneros muy específicos de juegos centrados mayormente en la acción. Nuestra «oferta» no es «precisamente» lo que más les interesa. Hace unos pocos años, inaguraba este blog recordando cómo incluso durante la llamada «Edad de Oro del Soft Español» la aventura conversacional era la cenicienta entre los distintos géneros de juego a la que gran parte de los aficionados, salvo una minoría de irreductibles entusiastas, no ocultaba su manifiesto y visceral rechazo. La proporción no debe de haber cambiado sustancialmente, como puedes constatar cuando nueve de cada diez personas que pasan frente a tu stand no ocultan sus gestos de desaprobación, como diciendo «¿qué hacen éstos aquí?» o, en el mejor de los casos, se limitan a ignorarte por cortesía. El detalle se vuelve más evidente cuando, salvo en muy contadas, y muy valoradas, excepciones, sólo la gente que te conoce en persona (y que no va a hacerte el inmenso feo de no mencionarte 🙂 ) se hace eco de tu presencia en las distintas galerias de fotos, videos, y crónicas sobre las ferias que se cuelgan por internet. Para la mayoría del resto es, simplemente, como si no hubieras estado allí.

¿Y entonces? Pues está claro. Es ese «uno de cada diez» restante el que te compensa el viaje. El que hace que merezca la pena. Tanto si es el aficionado al que sí que le gustaban las aventuras y no puede resistirse a ponerse a hablar contigo rememorando los «buenos y viejos tiempos» como si, atención, se trata de alguien que no sabe de qué va el tema y, en vez de pasar de largo, se interesa en preguntar en qué consiste lo que estás exponiendo. Porque ése es el momento de subidón, el instante en que tienes que recurrir a tu mejor capacidad de síntesis para explicar en pocas palabras (y en medio de un barullo considerable XDD ) no sólo cómo funciona una conversacional sino por qué son un modelo de juego interesante, emocionante, y que, además, mola 🙂

Por las mismas, y ya centrandonos en el caso concreto de Valencia Va de Retro, cuando de entre una asistencia estimada en unas 725 personas llegas a vender 5 ejemplares de tu fanzine (que tiene un precio simbólico que no cubre gastos y que acompañas con una reproducción de un fanzine clásico y un CD con juegos tanto históricos como modernos de regalo) llegas a la conclusión de que lo que llevas le interesa aproximadamente a un 1% de la potencial «audiencia». Pero, en mi humilde punto de vista, ese 1% es el mejor «negocio» de todos, tanto por la ocasión en la que descubres a alguien que conmpartía tu afición como por la que consigues captar el interés de alguien que venía de nuevas. Momentos que compensan con creces todos los tiempos muertos intermedios.

Estoy hablando de todo ello con un tono de entusiasmo que hará que más de uno se pregunte, muy oportunamente, si acaso, entonces, la relevancia de la presencia de mesas sobre ficción interactiva en ferias de informática clásica tiene más que ver con la satisfacción personal de quienes las montamos que con lo que puedan aportar objetivamente a la promoción y/o difusión del medio. Ni yo mismo lo tengo, en este momento (tras volver de pasar unos días intensos y estupendos en Valencia que hacen que mi visión no sea neutral), muy claro. Pero es, desde luego, un tema sobre el que estoy deseando debatir 🙂

Y basta de reflexiones. Vamos a la parte a la que estáis deseando llegar ¡las batallitas! XD

Ya que Josevi (o Dherdral, o Joruiro, según en qué foro le pilléis 😉 ) se había hecho el viaje de Valencia  a Madrid en los dos últimos RetroMadriles para acompañarme en el stand del CAAD, no sonaba nada mal que, ahora que se celebraba un encuentro similar en Valencia, fuera yo el que hiciese la visita inversa. Como en esta ocasión Joru formaba parte de la organización e iba, por tanto, a tener que multiplicarse para estar a mil cosas a la vez, el plan era que yo me presentase allí con lo que buenamente pudiese cargar en un viaje de tren y montar una mesa sencillita (aunque resultona 😉 ) en la que él me ayudaría puntualmente para que pudiese dejar la mesa cuando tuviese que comer, ir al baño, y esas cosas. Además me prestaría un monitor para usar con el Spectrum, la única máquina retro «real» que podía transportar desde Madrid por peso y tamaño.

Yo iba tan feliz pensando que con un par de cables de euroconector no tendría nada de qué preocuparme, que todas las posibles opciones estaban cubiertas… pero ya sabes, basta que tientes a Murphy para que, como en todo evento que se precie, empieze el carrusel emocional. No, no servía. El euroconector de la tele originalmete prevista no seguía un standar que la salida RGB del Speccy pillase bien… Rápidamente buscamos otro monitor más «normalito»… que resultó estar estropeado y, aunque cogía correctamente la señal, la perdía a los pocos segundos… Mal color…

En ese instante, yendo muuucho más allá de sus obligaciones tanto como organizador como compañero de stand, Joru tuvo el arrebato de, a pocos minutos de la hora de apertura de la feria, coger el coche y salir desde casi las afueras de la ciudad en busca de un chino donde comprar un cable de antena. Y lo encontró y volvió con él en un tiempo record… ¡Y no funcionó! La entrada del cable no coincidía con la salida por defecto para TV del Spectrum +3… Pero algo hay que decir a) desde ese momento, definitivamente, Joruiro es mi héroe y b) es el compañero que todos queréis tener si alguna vez os metéis en el berenjenal de hacer un stand en un evento retro. ¡Nunca olvidaré el señor puntazo! 😀

El episodio del spectrum dió lugar a un par de cosas sorprendentes. La primera, que, durante buena parte de la mañana, la máquina, apagada, poco menos que muerta de la risa, y que, al igual que unas aventuras clásicas que había traido Joruiro en sus cajas, estaba «de exposición», fue uno de los principales focos de atención del stand, con un montón de gente que se acercaba a sacarle fotos y preguntarme con avidez sobre la unidad de disco y cómo funcionaba eso del «DivIDE» XD. La segunda, que, por darle la vuelta al refrán, decidimos aplicar «a grandes males, pequeños remedios» y, ya que no teníamos Spectrum, pusimos en marcha el emulador de Spectrum en una tablet con Android (cuya misión en el plan original iba a ser mayormente exhibir videos como la peli de Get Lamp o la conferencia grabada de Samudio en RetroMadrid)… y al poco tiempo se convirtió inesperadamente en una de las mayores atracciones de la mesa. Al público, al parecer, ver un artefacto de uso común en su vida «moderna» ejecutando aventuras de Spectrum, con el teclado virtual de la pantalla reproduciendo los colores de las teclas del «gomas», le resultó una cosa de lo más graciosa, y muchos se animaban a jugar espontaneamente, o, al menos, en mi experiencia, más que en otras ocasiones en las que llevaba la máquina real. Y también pude volver a comprobar, como en ocasiones anteriores, que aunque las obras de ficción interactiva basadas en parser requieren, mal que nos pese, una curva de aprendizaje por parte de los usuarios nuevos, ésta se puede resolver en menos de medio minuto, y que con unas indicaciones básicas cualquiera puede, si no resolver un juego del tirón, sí poder avanzar y desenvolverse con soltura en lugar de sufrir la frustrante experiencia de estar todo el rato tecleando frases al tun-tun para, al desconocer el tipo de órdenes que aceptan nuestros juegos, no recibir más que las respuestas negativas por defecto de «no puedes hacer eso», «no entiendo lo qué dices», «no sé que has puesto», «no esto, no lo otro, no… no…» Las concisas pantallas de ayuda de las obras de Commodore Plus demostraron ser muy eficaces con los jugadores despistados, además de que la sugerente localidad inicial de Mansión Kali II tuvo, con su sugerencia de tono gótico («te encuentras a la entrada de la mansión…») mucho tirón entre el público femenino (también hubo una chica que comentó que aquello parecía el inicio de un relato porno… eer… ¡le prometí que se lo diría al autor! XDDD )

Entre el montón de gente que tuve el señor gustazo de conocer durante la jornada había de todo (y me perdonaréis que no cite nombres, pero es que en estos momentos mis recuerdos del día son un batiburrollo impresionante de caras y nicks que no consigo asociar correctamente ^_^’ ). Desde aficionados que no habían vuelto a tener contacto con las aventuras desde los años en los que jugaron a las clásicas españolas a habituales del foro del CAAD y del canal de IRC que me preguntaban por nicks del año catapún. Socios del antiguo club que conservaban sus carnets, como el nº 255 (¡perdón por no recordar el nombre aunque sí me quedase con el número!) que además me regaló una más que generosa porción de sus ejemplares del fanzine del CAAD, salvo unos pocos que conservaría por recuerdo sentimental, que si hubiera sido la única cosa buena que me ocurrió durante el día ya habría justificado con creces el viaje 😀 . Gente más joven, como un equipo de desarrolladores de juegos, la mayoría chicas (¿o eran todo chicas? ¡tengo todos los rostros mezclados! XD) que al ver el tipo de juegos del stand se acercaron a hablar con nosotros sobre los últimos experimentos en juegos con contenido mayoritariamente narrativo. Resultaron estar detrás de este curiosísimo proyecto de survival horror, Ian’s Eyes, de estética timbarturonesca en el que tomas el papel del perro lazarillo de un niño ciego que tiene que ayudarle a escapar de los zombis que han invadido el cole. ¡Los que paréis por Steam ya estáis tardando en votar para que consiga su greenlight!

Y entonces llegó Andrés Samudio. O mejor dicho, entonces no llegó. :O

En su fase más inicial, el proyecto de la organización era que Andrés presentase en la feria la versión novelizada del juego de Cozumel. El libro no iba a estar terminado a tiempo, así que posteriormente se planeó que Andrés asistiese dando una conferencia sobre el proceso de desarrollo de una aventura conversacional tal y como se llevaba a cabo en Aventuras A.D. Una inesperada enfermedad le impidió preparar la charla debidamente, así que al final se decidió que, con todo, Andrés visitase la feria para tener un encuentro informal con el público y firmar, en el stand del CAAD, autógrafos en un CD especialmente preparado por la organización para la ocasión (que contenía una recopilación de las distintas versiones de la Aventura Original). A las cinco de la tarde, la hora prevista, echamos a un lado practicamente todo el contenido de la mesa para que el Sr. Samudio se sentará a firmar y charlar con comodidad.

Y pasó un cuarto de hora, y media hora, y una hora, y Andrés que no venía XD

El motivo fue… ¡que se había equivocado de ciudad! y había ido a parar a Burjassot, lugar en el que se había celebrado el evento el año anterior pensando que volvía a ser allí XD. Afortunadamente, sólo había unos kms de distancia entre un lugar y otro, unos pocos minutos en coche, con lo que al final pudimos tener el placer de coincidir de nuevo con él y de admirar la sencillez y simpatía con la que se «enfrentó» a la horda de fans que se le echó encima para no irse de allí sin una foto y una dedicatoria.

Y tras la marabunta samudiana, al fin, un poco de relax para poder hacer lo que casi no pude en todo el día… acercarme a la máquina de refrescos, echar un vistazo aunque fuera a los stands colindantes. Durante todo el día no llegué a ver ni una fracción de todo lo que sucedió allí. Y tanto por los testimonios como por las fotos aparecidas hasta este momento fue algo totalmente remarcable para una reunión de tamaño «medio» (al menos si se la compara con las de otras capitales como Madrid o Barcelona). Además de las fotos y videos de los visitantes, me consta que en breve apareceran (si no lo han hecho mietras escribo esto) las imágenes tomadas por una fotógrafa profesional que no paró en todo el día de recorrer el recinto de arriba a abajo sacando instantaneas de todo lo que sucedía y que estoy seguro de que van a estar muy bien.
La organización se ha disculpado, tanto públicamente como en correos a los distintos expositores, por los posibles errores fruto de su corta trayectoria, en particular por no habernos dado a los miembros de los stands una atención más personalizada. Debo decir que, si bien no estuvieron encima de nosotros todo el día ;-), en ningún momento me sentí dejado «a mi suerte» y si así hubiera sido, desde luego que no habría sido por dejadez del equipo, al que no vi parar en ningún momento de pasar corriendo de un lado a otro durante las 10 horas de apertura al público desfaciendo entuertos de todo tipo. Por no mencionar el tiempo adicional de montaje y desmontaje, duarnte el que fui testigo de la monumental, y recalco lo de monumental, currada que supuso acondicionar la facultad de ingeniería informática para dar cabida a un «sarao» de estas características y luego devolverlo todo a su «estado natural» para que los estudiantes volvieran el siguiente lunes a sus clases como si allí no hubiese pasado nada 🙂

Ahí van unas fotillos de mi móvil, que apenas abarcan el stand del CAAD y su entorno inmediato, con lo que no son representativas en absoluto de todo lo que se movió allí. No dejéis de ver los youtubes y galerías de los visitantes, que, al haberse recorrido en su mayoría todo el recinto, sí que dan una idea del ambiente general.

14100801  14100802

14100803 14100804

Lo primero que hace un aventurero al llegar al hotel es… ¡probar el Spectrum con la tele de la habitación! Vistas generales del stand y… Joruiro pillado in fraganti intentando escapar de la celda del Jabato.

14100808 14100807

Vistas detalladas del stand ¿Os he dicho que la tablet emulando un Speccy fue la absoluta reina de la fiesta?

14100806 14100805

14100809

Samudio firmando en varios ángulos y momento del encuentro de la tarjeta nº 255 con la primerísima y anúmérica tarjeta de Andrés.

Al final, mi intento de reflexión objetiva sobre el sentido de montar stands sobre juegos de texto en ferias de informática «vintage» ha terminado, como me temía, siendo muy poco objetivo XD. Normal, entre párrafo y párrafo me fui a cenar tomando como lectura uno de los fanzines del CAAD que me traje de mi periplo valenciano (¡gracias de nuevo, Sr. 255! 😛 ) y lo primero que leo es el editorial del nº 7, con una señora elegía escrita por Andrés sobre la labor de «El Juanjete». El «Juanjete» es, como sabéis, Juanjo Muñoz, entre otras muchas calladas labores en la sombra, editor del fanzine del CAAD. ¿Os hemos contado ya (bueno, sí, unas cuantas veces XDD) que está escribiendo un libro sobre la historia de A.D? ¿Y que, a su vez, la novela de Andrés sobre Cozumel está a puntito, puntito de acabarse? En momentos así es complicado ser objetivo ^_^’ Pero…

…pero que todo esto no era el motivo del post… ¿Cómo? que sí, que todo lo anterior iba a ser el mcguffin del tema real, pero el mcguffin ha terminado por salir tan grande que el notición que os iba a contar… se queda para el siguiente post. Los más sagaces podéis buscar pistas, que las hay en alguna parte del contenido. O esperar unos pocos días (risa malvada). Mientras, sólo puedo terminar diciendo que, por mucho que lo racional sea decir que vaya usted a saber dónde andaremos y qué andaremos haciendo a un año vista, espero con un montón de ganas que llegue el año que viene, que haya otra edición de Valencia va de Retro, y, por supuesto, ¡repetir la visita!

5 respuestas to “CAAD en Valencia va de Retro. Crónica aventurera.”

  1. Joruiru Says:

    Estupendo resúmen!!! Lástima que la tele que llevé no reconociera el euroconector del Spectrum… hubiera quedado un stand mucho más vistoso y habría dado mucho juego… si ya lo dió solo con el DivIDE (en el rato que te fuiste a comer me preguntaron 2 o 3 personas por el Divide), imagínate si lo hubiesen visto en plena acción!!
    Por otro lado Pedro… aaayy Pedro!! Haberme dicho que me quedara un rato en el stand para darte una vuelta por la feria!!

  2. Comely Says:

    Excelente crónica de la jornada. Gracias por el curro que os tomásteis ambos por extender la palabra del CAAD por el levante español, aunque parece que fue un disfrute.

    Esperamos ese bombazo informativo…

  3. edlobez Says:

    Siempre que leo la crónica de algún evento de este tipo, me digo, para el año que viene me apunto… A ver si el que viene es el año.

    ¡Enhorabuena!

  4. Miguel Says:

    Antes que nada y en una fecha tan señalada, mi más sincera felicitación navideña y mis mejores deseos para el próximo año. Fue un placer volver a reencontrarme con un mundo que me quedaba muy lejos en el tiempo pero que seguía dentro de mi.
    Volver a ver a Andrés Samudio y darme cuenta de que él seguía igual y yo no, me produjo un cierto desazón, pero estaba claro que el viejo archivero conoce secretos que los demás solo podemos soñar.
    También me alegró poder darles un buen hogar a aquellos viejos ejemplares del CAAD que dormían en un trastero junto a mi spectrum de goma.
    Cualquier tiempo pasado fue mejor, pero poder recordarlo ayuda.
    Un saludo desde el SEGA PARK 😉 del socio #255 del CAAD,
    Abrazos y FELIZ AÑO AVENTURERO 2015

    • lineadura Says:

      ¡Felices fiestas a tí también, Miguel! (que ahora te pongo nombre además de cara y número 😉 ) Que tengamos todos un año lleno de sorpresas, descubrimientos, diversión, y, en definitiva, aventuras 😀 !

Deja un comentario